Y en la lejanía se podía vislumbrar una profunda garganta entre el cielo y la tierra. por ella, desaparecía y caía al olvido todo cuanto se le aproximaba.
un sueño firme golpeaba el pensamiento del creador y una idea brillante pervivía en su interior, aunque eso sí, inmerso en una vacilación constante. no estando el mundo casado, su obra era inacabada.
sujetando días y noches la duda irrumpía de nuevo entre el desamor y la melancolía.
y esta mañana al despertar, en verdad, el difuso recuerdo de tu pensamiento, creador, ha quedado prendido a través del tiempo: cielo y tierra unidos. ¿cuál ha sido el motivo para tu venida fulgurante desde esa terrible oscuridad? la causa no la sé, simplemente la experiencia más valiosa de siempre jamás.
pero dime: ¿reflejaba el horizonte tu ausencia?
Raquel González
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